La Escuela
Positiva nace en el siglo XIX. Su creador fue Ezequiel
Cesare Lombroso como una reacción contra la Escuela
Clásica:
Escuela positiva. Cuerpo orgánico de concepciones que estudian al delincuente, al
delito y su sanción, primero en su génesis natural, y después en sus
efectos jurídicos, para adaptar jurídicamente a las varias causas que lo
producen los diversos remedios, que por consiguientes serán eficaces.
(Ferri)
“La escuela
criminal positiva no consiste únicamente, en el estudio antropológico del
criminal, pues constituye una renovación completa, un cambio radical de método
científico en el estudio de la patología social criminal, y de los que hay de más
eficaz entre los remedios sociales y jurídicos que nos ofrece.
La ciencia de los
delitos y de las penas era una exposicion doctrinal de silogismos, dados a luz
por la fuerza exclusiva de la fantasía logica; nuestra escuela ha hecho de ello
una ciencia de observación positiva, que, fundándose en la antropología, la psicología
y la estadística criminal, y así de como el derecho penal y los estudios
penitenciarios, llega ha ser la ciencia sintética que yo mismo la llamo sociología
criminal, y así esta ciencia, aplicando el método positivo al estudio del
delito, del delincuente y del medio, no hace otra cosa que llevar a la ciencia
criminal clásica el soplo vivificador de las ultimas e irrefragables conquistas
hechas por la ciencia del hombre y de la sociedad, renovada por las doctrinas
evolucionistas”(Ferri)
El principal medio
de difusión de esta escuela fue la revista Archivi di psichiatria, scienze
penali e antropologia criminale.
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